[Novela] Reencarné como el hermano mayor de la villana - Capítulo 31: Una frase sabia llega muy lejos
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Ilvalino pensaba que Cain era guapo. Pero nunca lo diría en voz alta.
Por supuesto, pensaba lo mismo de Diana, que era su viva imagen.
Hubo un tiempo en que Ilvalino pensó que, si Cain era así de guapo a los siete años, cuando creciera se convertiría en un auténtico rompecorazones. Sin embargo, desde entonces se había dado cuenta de que, como Cain estaba tan obsesionado con Diana, no parecía prestar atención a las jóvenes que lo rodeaban.
Esta mañana, sin embargo, el apuesto rostro de Cain se encontraba en un estado lamentable.
Había llorado a mares y sus párpados estaban tan hinchados que no podían abrirse. Sus mejillas estaban muy rojas por las rozaduras causadas al secarse las lágrimas. Tenía las fosas nasales y el labio superior agrietados de tanto sonarse la nariz.
«Tienes un aspecto terrible.», dijo Ilvalino.
«…¿Puedes traerme una toalla húmeda?», preguntó Cain.
Su voz también sonaba terrible. No había estado lamentándose a gritos toda la noche, pero la nariz le había estado goteando todo el tiempo, y tenía la garganta hinchada de tragar constantemente los líquidos que le salían de la cara.
Ilvalino cerró los ojos y se llevó la mano a la cara de Cain.
«¿Tienes que esconderme la cara? ¿Tan mal está?», preguntó Cain.
Ilvalino le ignoró y aplicó su magia curativa a la hinchazón.
Como era una magia débil, no lo curó del todo, pero algo de humanidad estaba volviendo al aspecto reptiliano de Cain.
«Es malo. Te frotaste demasiado los ojos y todavía te gotean. Voy a traer una toalla.», dijo Ilvalino.
«E-Espera un segundo.», dijo Cain.
Ilvalino se había levantado y se dirigía al baño, pero Cain lo agarró del brazo y lo detuvo.
«¿Puedes usar la magia curativa?», preguntó Cain.
«La verdad es que no. Sólo puedo curar pequeñas heridas, y eso es todo.»
Ilvalino explicó que, aunque tenía esta habilidad menor, no quería que la gente esperara demasiado de él, así que generalmente la mantenía oculta.
«Bueno, entonces deberías habérmela ocultado a mí también. Mis ojos hinchados se habrían curado solos con un poco de hielo.», dijo Cain.
«Está bien. Ya te lo dije ayer, he decidido que estoy aquí para ayudarte.», dijo Ilvalino.
Ilvalino le pidió a Cain que no hablara demasiado de su habilidad.
La gente de la mansión Elgrandark eran personas generalmente buenas.
Algunos de los sirvientes que trabajaban aquí eran de familias nobles de alto rango. El mayordomo y la doncella de Elise estaban incluidos en ese grupo.
Estas personas nunca menospreciaron a Ilvalino ni le hablaron mal por ser huérfano. Lo aceptaron como aprendiz y se tomaron su tiempo para enseñarle. Ilvalino no podía estar seguro de lo que pensaban en su interior, pero incluso si lo despreciaban, apreciaba su discreción al no demostrarlo.
Ilvalino empezaba a pensar que no le importaría que los presentes conocieran su habilidad.
«Hm.», dijo Cain, con cara de preocupación. Era la misma mirada que tenía el mayordomo.
«De todos modos, gracias por lo del otro día. Mis hermanas pequeñas estaban muy contentas.», dijo Ilvalino.
«¿De qué se trata, otra vez?», preguntó Cain.
Ilvalino puso una toalla húmeda en los ojos de Cain, y puso una mano en su nariz, y curó alrededor de ella usando magia.
A Cain no se le ocurrió qué era lo que Ilvalino le estaba agradeciendo.
«¿Te acuerdas? Les diste las telas y los bastidores de bordado sobrantes de cuando estábamos practicando.»
«Ah, sí. Bueno, esos bastidores con nuestros nombres nos los dio mamá, así que me imaginé que no necesitaríamos los bastidores de prácticas, ya. Y no creo que nadie se dé cuenta de que han desaparecido algunos recortes de sábanas y manteles.»
El día en que Cain había ido a la reunión de bordado, Ilvalino había vuelto a casa, al orfanato. Como había avisado a la casa de los Elgrandark de que se iría, le dieron muchos regalos para que se los llevara.
Llevaba productos en frascos como frutas y mermelada, así como materiales de costura como agujas e hilo. Acabó llevando las telas sobrantes para bordar, e incluso la ropa a medio usar en la que habían trabajado Ilvalino y Cain.
Elise también le había dado pañuelos nuevos de algodón para que se los llevara.
«Mamá te ha dado pañuelos nuevos… Ilvalino, una vez que los chicos mejoren sus habilidades con esos recortes de tela, deberían bordar algunas flores o animales en ellos y venderlos en el pueblo.», dijo Cain.
«No creo que los pañuelos bordados por huérfanos se vendan muy bien.»
«¿De verdad? …Lo pensaré, entonces.»
Cain quería saber más sobre el pueblo, pero como a los niños de la mansión Elgrandark no se les permitía ir al pueblo sin motivo, todo lo que sabía de él era lo que había escuchado en las lecciones de sus tutores.
Por Ilvalino, había ido al orfanato con los guardias algunas veces, pero había ido directamente de ida y vuelta, por lo que nunca había tenido la oportunidad de conocer el modo de vida del habitante promedio del pueblo
Incluso cuando pensaba en sus conocimientos de su vida anterior, no era suficiente para tener una buena idea de cómo era realmente el pueblo…
Cain ya se había familiarizado con la frustración de ser un niño sin poder.
Aun así, su situación era mejor que si fuera transportado al cuerpo de Cain en el momento en que el videojuego comienza oficialmente. Entonces parecería que de repente hubiera adquirido conocimientos del mundo anterior. Al menos ahora, tenía muchas opciones sobre cómo planificar su vida. Decidió pensar que ser transportado al cuerpo de un bebé era una bendición.
Cain se dio unas cuantas palmadas en las mejillas, como para despertarse, y sonriendo a Ilvalino, dijo: «Muy bien. Supongo que empezaré por hacer lo que pueda. Ilvalino, ¿puedo pedirte que hagas algo por mí?»
«Escucharé tu petición, pero tienes que desayunar. Tienes que comer algo.»
«Desde ayer me estás obligando a comer, ¿no?»
«Bueno, te obligué a comer y a dormir a tu lado, y ahora te sientes mejor. Me imaginé que la abuela Sakae debía saber de qué hablaba, y he decidido seguir sus enseñanzas.»
Salió al pasillo y volvió con un carrito con el desayuno de Cain. Cuando volvió a entrar en el dormitorio, vio que Cain estaba contemplando la flor de su mesita de noche.
Parecía que se derretía de adoración.
Era la flor llamada Cain, y representaba el amor por un hermano mayor.
Ilvalino suspiró aliviado, pensando que Cain iba a estar bien.
[Traducción: Teru~
Corrección: Teru~ ]