Renacimiento del emperador Xuan Tian - novela - Capitulo 10
Capítulo 10: Preparativos para la Incursión
La decisión estaba tomada. Xuan Tian y su consejo habían acordado que un ataque preventivo contra la Secta del Abismo Oscuro era esencial para proteger el equilibrio del universo y evitar una catástrofe mayor. Las semanas siguientes se dedicaron a una meticulosa preparación, donde cada detalle de la incursión era cuidadosamente planeado y revisado.
Xuan Tian convocó a sus comandantes más confiables, incluyendo a algunos de los maestros más veteranos y estratégicos de la secta, para delinear el plan de ataque. La reunión se llevó a cabo en la cámara más secreta de la Secta del Dragón Celestial, un lugar protegido por potentes hechizos que aseguraban que ningún espía pudiera escuchar.
«El elemento sorpresa será crucial», comenzó Xuan Tian. «Debemos atacar rápidamente y con fuerza, incapacitando su capacidad de respuesta antes de que puedan utilizar su nueva arma.»
Lin Bao, el comandante de las fuerzas de élite de la secta, presentó entonces los detalles del plan. «Nuestras fuentes indican que la construcción del arma se encuentra en su fase final en una fortaleza oculta en las montañas del Crepúsculo Negro. Propongo un ataque aéreo inicial para desorientarlos, seguido de un asalto terrestre para penetrar la fortaleza.»
Xuan Tian asintió, satisfecho con la estrategia. Ordenó que se prepararan grupos de élite especializados en diferentes formas de combate. También designó a Ming Jue, el prometedor discípulo que había mostrado un rápido dominio de la técnica del Dragón Ascendente, para liderar uno de los equipos de ataque.
Mientras los guerreros se preparaban, Xuan Tian no descuidaba el aspecto espiritual de la batalla. Organizó una serie de rituales y meditaciones para fortalecer el espíritu y la resolución de sus discípulos. Sabía que la moral sería tan crucial como la fuerza física en el enfrentamiento que se avecinaba.
Por otro lado, los alquimistas de la secta trabajaban día y noche preparando pociones de sanación, elixires de energía y bombas de humo místico que podrían ser utilizadas para confundir y debilitar al enemigo. Cada recurso de la secta era movilizado para asegurar el éxito de la misión.
A medida que se acercaba el día del ataque, Xuan Tian se reunió personalmente con cada equipo, transmitiéndoles sus esperanzas y sus expectativas. «No solo estamos luchando por nuestra supervivencia», les dijo, «sino por la de todas las sectas que buscan vivir en paz. Somos los guardianes de ese equilibrio, y debemos actuar con valentía y honor.»
La noche antes de la incursión, toda la secta participó en un antiguo ritual de bendición. Se encendieron miles de velas y se elevaron plegarias al cielo, pidiendo la protección de los ancestros y los espíritus divinos. El aire se llenó de una energía vibrante y pura, fortaleciendo el corazón de todos los presentes.
Al amanecer, los equipos estaban listos. Cada grupo sabía exactamente su papel y estaba preparado para ejecutarlo con precisión. Xuan Tian, vestido con su armadura de batalla, que resplandecía con inscripciones de protección, se dirigió a la formación principal.
«¡Hoy, cada uno de ustedes es un portador de la luz en la oscuridad que amenaza con engullirnos!», exclamó Xuan Tian, su voz resonando con fuerza y convicción. «¡Luchemos no solo por nosotros, sino por todos aquellos que no pueden defenderse!»
Con un estruendo de tambores y un coro de gritos de batalla, los guerreros de la Secta del Dragón Celestial partieron hacia las montañas del Crepúsculo Negro. Las naves voladoras se elevaron en el cielo, llevando a los valientes combatientes hacia su destino, mientras el sol naciente teñía el horizonte de rojo, simbolizando tanto la esperanza como la sangre que podría derramarse en la lucha que se avecinaba.