Renacimiento del emperador Xuan Tian - novela - Capitulo 12
Capítulo 12: Enfrentamiento en la Cámara Oscura
Tras atravesar el portal roto, Xuan Tian y sus guerreros se encontraron en una vasta cámara subterránea iluminada únicamente por antorchas que arrojaban un resplandor siniestro sobre las paredes de piedra. La atmósfera estaba cargada de una energía oscura y opresiva, un presagio claro de la inminente confrontación.
«Estén alerta,» ordenó Xuan Tian, su voz resonando en el espacio confinado. Cada paso que daban resonaba ominosamente, como un eco advirtiendo de un peligro acechante. A medida que avanzaban, formaciones de runas y sellos mágicos se iluminaban bajo sus pies, un recordatorio de que esta fortaleza no era solo un bastión físico sino también un fuerte de poderosas defensas mágicas.
De repente, una figura emergió de las sombras al final de la cámara. Era el líder de la Secta del Abismo Oscuro, conocido sólo como Maestro Zhen Mo. Su presencia era casi tangible, llenando la sala con una presión que hacía difícil respirar.
«Xuan Tian, finalmente nos encontramos cara a cara. He esperado este momento con gran anticipación,» dijo Zhen Mo con una sonrisa cargada de malicia. Su voz era suave, pero cada palabra vibraba con un poder oscuro.
«Zhen Mo, tu reinado de terror termina hoy. No permitiré que tus maquinaciones amenacen la paz de los reinos,» respondió Xuan Tian con firmeza, desenvainando su espada, cuya hoja brillaba con una luz pura, contrastando con la oscuridad que impregnaba la cámara.
Zhen Mo rió, un sonido que era a la vez horripilante y despectivo. «¿Crees que puedes detenerme, Xuan Tian? He acumulado poderes que trascienden tus más temibles pesadillas.»
Con un gesto de su mano, Zhen Mo convocó a sus guardianes oscuros, criaturas formadas de pura maldad y sombra, que se materializaron en la cámara con un siseo amenazante. Xuan Tian y sus guerreros se prepararon para el combate, sabiendo que cada adversario que enfrentaban era un paso más hacia su objetivo.
La batalla comenzó con ferocidad. Xuan Tian lideraba con destreza, cada movimiento suyo era una danza mortal de precisión y poder. Sus compañeros no se quedaban atrás, enfrentando a los guardianes oscuros con valor y determinación. Aunque las criaturas eran formidables, la habilidad y el entrenamiento de los guerreros de la Secta del Dragón Celestial empezaban a superarlas.
Mientras luchaban, Zhen Mo observaba con interés, evaluando la habilidad de cada combatiente. Su interés parecía centrarse especialmente en Xuan Tian, cuya destreza le impresionaba a pesar de sí mismo. Sin embargo, no había preocupación en su mirada; su confianza en su victoria final parecía inquebrantable.
«Es admirable, Xuan Tian, cómo lideras a tus hombres hacia la muerte con tal honor. Pero te pregunto, ¿vale la pena?» Zhen Mo desafiaba mientras preparaba un hechizo oscuro, sus manos dibujando complicados signos en el aire, tejidos de energía negra que empezaban a formar una esfera amenazante.
Xuan Tian, reconociendo la gravedad del hechizo que se estaba formando, gritó órdenes a sus hombres para que se reagruparan. «¡Formación de escudo de luz!» Los guerreros rápidamente formaron una barrera de luz brillante alrededor de ellos, un antiguo método de defensa diseñado para proteger contra las artes oscuras.
Zhen Mo lanzó la esfera oscura hacia la barrera, y al impactar, una explosión ensordecedora sacudió la cámara. La luz y la oscuridad colisionaron con una fuerza que parecía capaz de desgarrar el tejido mismo de la realidad.
Cuando el humo y el polvo se disiparon, Xuan Tian y sus guerreros aún estaban en pie, aunque claramente desgastados por el esfuerzo de mantener la barrera. Zhen Mo, viendo esto, sonrió de nuevo, preparándose para el siguiente asalto.
«Es impresionante, pero no será suficiente,» murmuró Zhen Mo. Xuan Tian, con la respiración agitada pero la mirada decidida, respondió, «No subestimes la resolución de aquellos que luchan por la justicia. Aún no has visto nuestra verdadera fuerza.»
Con eso, Xuan Tian avanzó, elevando su espada con un nuevo brillo de poder. El enfrentamiento final estaba a punto de comenzar, y el destino de muchos colgaba en el equilibrio de este duelo entre la luz y la oscuridad.