Renacimiento del emperador Xuan Tian - novela - Capitulo 18
Capítulo 18: El Valle de las Almas Perdidas
Adentrándose en el Valle de las Almas Perdidas, Xuan Tian y sus discípulos sintieron cómo la energía oscura se cernía sobre ellos. La niebla espesa se arremolinaba, oscureciendo la visión y creando un ambiente de incertidumbre. A cada paso, el peso de las almas atrapadas parecía presionar contra sus espíritus.
Ming Jue, con una mano en su espada, susurró: «Maestro, este lugar está lleno de lamentos y desdicha. Debemos tener cuidado.»
Xuan Tian asintió, su mirada firme y su espíritu resuelto. «Recuerden, nuestra fuerza viene de nuestra unidad y nuestro propósito. Mantengan sus mentes claras y sus corazones fuertes. Aquí, la duda es nuestro mayor enemigo.»
Mientras avanzaban, empezaron a escuchar susurros, como voces fantasmales que trataban de penetrar sus mentes. Xuan Tian los guió hacia una formación rocosa, donde establecieron un perímetro defensivo. «Debemos meditar y reforzar nuestras defensas espirituales antes de continuar», instruyó.
Sentados en un círculo, comenzaron a canalizar su energía, formando una barrera protectora a su alrededor. Las voces empezaron a desvanecerse, y la claridad mental regresó a los discípulos. Después de varias horas, se sintieron listos para continuar su exploración.
El valle era vasto y laberíntico. Pasaron por antiguas ruinas que parecían haber sido testigos de grandes batallas, sus muros cubiertos de musgo y runas desconocidas. En el centro de una de estas ruinas, encontraron un pedestal con un cristal oscuro, que emitía una energía inquietante.
«Este cristal es una fuente de gran poder, pero también de gran peligro», dijo Xuan Tian. «Debemos ser cautelosos.»
Lin Bao, siempre curioso, se acercó al cristal, extendiendo una mano hacia él. «Siento una energía familiar, como si este lugar estuviera conectado con los antiguos cultivadores de nuestra secta.»
De repente, el cristal comenzó a brillar intensamente y una figura espectral emergió de él. Era un antiguo cultivador, con una presencia imponente y un aura de sabiduría y poder. «¿Quién osa perturbar mi descanso?» tronó la voz del espectro.
Xuan Tian se adelantó, inclinándose respetuosamente. «Somos de la Secta del Dragón Celestial. Buscamos conocimiento y poder para restaurar el equilibrio del universo.»
El espectro los estudió por un momento, sus ojos brillando con una luz etérea. «El Valle de las Almas Perdidas no es un lugar para los débiles de corazón. Pero veo en ti un propósito noble. Si deseas mi ayuda, deberás superar las pruebas del valle.»
El espectro levantó una mano y de repente, el valle cambió. Los discípulos se encontraron en un vasto campo de batalla, rodeados por figuras de energía oscura. «Esta es la primera prueba: enfrentarse a los errores y arrepentimientos del pasado. Solo al confrontarlos podrán avanzar.»
Cada discípulo fue atacado por visiones de sus propios miedos y fracasos. Ming Jue vio a su familia, perdida en un ataque de una secta rival. Lin Bao enfrentó la traición de un antiguo amigo. Xuan Tian, por su parte, revivió la destrucción de su familia y la traición de aquellos en quienes confiaba.
A medida que luchaban, Xuan Tian recordó las enseñanzas del Dragón Celestial. «El pasado no puede cambiarse, pero podemos aprender de él y ser más fuertes», dijo en voz alta, alentando a sus discípulos a seguir adelante. Con gran esfuerzo, cada uno logró superar sus visiones, liberando sus mentes de las cadenas del pasado.
El campo de batalla se desvaneció y el espectro apareció nuevamente. «Han pasado la primera prueba. Pero aún quedan dos más. Prepárense, porque solo se volverán más difíciles.»
La segunda prueba los llevó a un río de energía turbulenta. «Aquí, deben demostrar su control sobre su propio Qi. Aquellos que no puedan dominar sus emociones serán arrastrados por la corriente», explicó el espectro.
Concentrándose, los discípulos comenzaron a canalizar su energía interna, creando puentes de luz sobre el río. La tarea requería una precisión y un equilibrio extraordinarios. Ming Jue, con su espíritu indomable, fue el primero en cruzar. Los demás le siguieron, cada uno enfrentando sus propias luchas internas pero superándolas con determinación.
Finalmente, la tercera prueba los llevó a una cueva iluminada por una luz suave y dorada. En el centro, había un altar con un antiguo pergamino. «Este es el pergamino de la Iluminación. Para reclamarlo, deben demostrar una pureza de corazón y una claridad de propósito que rara vez se ve en este mundo», dijo el espectro.
Xuan Tian se acercó al altar, sintiendo una paz profunda en su corazón. «Nuestra misión es proteger y unificar, no por poder, sino por la paz y la armonía del universo», declaró, su voz resonando con una verdad inquebrantable.
El pergamino comenzó a brillar y se elevó en el aire, flotando hacia Xuan Tian. Al tomarlo, sintió una oleada de energía pura recorriendo su ser. El espectro sonrió por primera vez. «Han demostrado ser dignos. Lleven este conocimiento y poder de regreso a su secta. Úsenlo sabiamente.»
Con el pergamino en mano y una nueva fuerza en sus corazones, Xuan Tian y sus discípulos regresaron al mundo real. El Valle de las Almas Perdidas había sido un desafío formidable, pero también una fuente de crecimiento y revelación.
De vuelta en la Secta del Dragón Celestial, compartieron sus experiencias y conocimientos, fortaleciendo aún más la secta. El pergamino de la Iluminación se convirtió en una guía para todos, un recordatorio de la importancia de la pureza de propósito y la unidad en tiempos de adversidad.
Xuan Tian, con la sabiduría de sus ancestros y el apoyo de sus discípulos, se preparó para los desafíos venideros. Sabía que el camino hacia la verdadera paz y equilibrio estaba lleno de obstáculos, pero con cada prueba superada, se acercaban más a su destino.