Hace diez mil años, era el dragón negro más fuerte en el páramo del este, y el Dios de la destrucción que aterrorizó al templo Xinglan. Treinta mil años después, renació como el tercer joven maestro de la familia Bai teniendo así un mero cuerpo mortal, pero no se rindió y cultivo su cuerpo y se reveló contra los cielos, y considerado como un emperador del mal gobernará el mundo.